Nuevos Colegiados

El objetivo principal de esta iniciativa fue realizar una muestra seleccionada de proyectos de título recientes de arquitectos colegiados para, en el contexto de una edición especial de nuestra revista, indagar respecto de las temáticas, estrategias y formalidades implícitas en el proceso de formación más importante dentro de la carrera de arquitectura.
Para tales efectos, en diciembre de 2005 se hizo extensiva la invitación a todas las escuelas de arquitectura del país a participar en esta iniciativa. Fue requisito indispensable haber sido titulado entre el 2003 y el 2005, estar colegiado y cumplir con las condiciones de presentación de antecedentes del proyecto de título, que fueron estipuladas en una Ficha de Presentación.
Para garantizar la calidad del proceso, se invitó a un jurado de arquitectos jóvenes distinguidos por nuestra Asociación Gremial, el que estuvo presidido por el arquitecto Vicente Justiniano, para revisar y seleccionar los proyectos.
Durante enero se recibieron más de 30 proyectos, los cuales fueron revisados, en primera instancia, en forma personal por cada integrante del jurado. Luego, en una sesión especial realizada en la sede del Colegio de Arquitectos, seleccionaron sin prelación un grupo de 10 proyectos. Ellos son los que se publican en las siguientes páginas.
Agradecemos el gran interés y convocatoria que generó esta iniciativa, al jurado que realizó la selección y, en especial, a los jóvenes arquitectos que presentaron sus proyectos. Finalmente, invitamos desde ya a las escuelas de arquitectura a participar de esta iniciativa el próximo año.
VISIÓN DEL JURADO
Las siguientes son las impresiones, alabanzas, críticas y cuestionamientos que surgieron entre los integrantes del jurado tras revisar los proyectos y seleccionar diez de ellos:
 
Entiendo el proyecto de título como una experiencia maravillosa donde el alumno, en un nivel de madurez de su proceso de aprendizaje, tiene la oportunidad de plantear un caso y tema arquitectónico, fruto de una investigación y reflexión crítica, la que en un ámbito de experimentación le permite definir una estrategia proyectual, donde el proyecto es la materialización consecuente de su permanente búsqueda.
Una instancia donde los contextos tanto físico como humano deben estar siempre presentes, y sensibilizando e infiltrando la posición del alumno, con propuestas conceptuales rigurosas y soluciones apropiadas, en las cuales existe un compromiso innovador con la tecnología.
Por último, es una instancia donde el alumno debe desarrollar su capacidad de comunicación de las ideas, utilizando técnicas de representación adecuadas y coherentes con su propuesta.
Creo que los proyectos que hemos seleccionado para esta muestra son aquellos que demuestran entusiasmo y, desde su particular visión, se enmarcan dentro de estas premisas.

VICENTE JUSTINIANO / PRESIDENTE DEL JURADO

El proyecto final o de título se puede entender como el momento para plantear y debatir un tema de arquitectura. O como el momento de demostrar que se es capaz de “resolver un encargo” de forma más o menos profesional. Lo ideal es plantear temas de arquitectura a través de proyectos resueltos profesionalmente.
Eso se puede lograr con cualquier tipo de intervención, sin que el tamaño influya demasiado. Incluso, se podría pensar que para un estudiante, que trabaja sin un equipo, sería más recomendable una intervención menor en la cual resulte más fácil precisar. Entonces, ¿por qué esta relación automática entre proyecto final y “proyecto grande”? Esa es la tónica en los proyectos presentados para la selección donde, en general, se observan las mismas falencias, como falta de rigor, estandarización de las soluciones (efecto revista), falta de propuestas, aproximación irreal y presentación confusa.
Los proyectos escogidos, que se presentan en esta publicación, son en cierta forma una excepción, ya que se trata de proyectos resueltos y presentados de forma muy profesional y clara, y algunos de ellos con propuestas interesantes.

MARCO POLIDURA / JURADO

En los proyectos de título seleccionados, se constata un prolijo trabajo de la imagen, conceptualizada en su globalidad. Pero esta imagen no es la “apariencia” inmediata y utilitaria, a la que nos ha acostumbrado el efecto despersonalizante y homogeneizador de la globalización, generador de desidentificación y pérdida de nuestro patrimonio. Muy por el contrario. En estos proyectos el pensamiento del arquitecto, traducido en una propuesta concreta de diseño, da cuenta de la sistémica integración de una completa y compleja multiplicidad de variables, como son los aspectos ambiental, de paisaje, funcional, humano y social, y arquitectónico. Todas estas consideraciones confluyen en la formalización de un objeto vivo, integrado e integrador de sus necesidades y potenciales, con lo que acontece en el micro y macro territorio. Con esto se reconoce que la arquitectura ha dejado de tener un sentido objetual y utilitario, priorizando el valor de trascendencia que la “obra arquitectónica” ha de poseer.

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