\u201cNunca me he considerado arquitecto en el sentido de arquitecto profesional. Lo que hago es construir un imaginario a partir de las cosas que he ido encontrando en la vida y que han constituido la continuidad de lo que he hecho. Por eso mi arquitectura, m\u00e1s que un conjunto de edificios, es una especie de collage de experiencias. He tenido la suerte de haber entrado a estudiar arquitectura a la Universidad Cat\u00f3lica de Valpara\u00edso cuando se form\u00f3 y todav\u00eda no hab\u00eda ninguna regla que dijera esto es lo que hay que hacer. Estuve en la escuela desarrollando una visi\u00f3n po\u00e9tica de la arquitectura, pero la verdad es que no sab\u00edamos mucho hacia d\u00f3nde \u00edbamos. Despu\u00e9s de diez a\u00f1os, lleg\u00f3 un d\u00eda en que le dije a Alberto Cruz: \u2018Lo siento, me voy, adem\u00e1s que esto de la po\u00e9tica a m\u00ed no me interesa\u2019. Hice la memoria, la colgu\u00e9 en la escuela y luego los profesores me dijeron: \u2018Eres un arquitecto\u2019. Ah\u00ed part\u00ed a Europa.\u201d<\/p>\n\n\n\n
\u201cYa ten\u00eda en mi cabeza la idea de trabajar con Le Corbusier, me hab\u00eda ido preparando mentalmente para eso. La formaci\u00f3n que entregaba la Cat\u00f3lica de Valpara\u00edso era, por sobre todo, po\u00e9tica, entonces t\u00fa no llegabas con conocimiento. Y precisamente, el hecho de llegar sin conocimiento fue lo que me salv\u00f3. Le Corbusier era una persona que nunca se fij\u00f3 en las reglas. A \u00e9l le cargaba que le dijeran que era \u2018arquitecto\u2019. \u00c9l era un personaje que no ten\u00eda nombre. Llegu\u00e9 al taller de Le Corbusier en el a\u00f1o 1959 con esta especie de apertura, en el sentido de lo que me toca, me toca. Iba preparado para encontrarme con situaciones distintas, a las que me ten\u00eda que adaptar, y as\u00ed fue c\u00f3mo empec\u00e9 a comunicarme con Le Corbusier f\u00e1cilmente. \u00c9l no usaba m\u00e9todos convencionales. Ten\u00eda una manera de hacer las cosas bastante intuitiva. Cuando hicimos el Hospital de Venecia, donde yo estaba a cargo, arm\u00e9 maquetas a escala natural. Constru\u00ed seis piezas en cart\u00f3n. Es que antes como que no val\u00eda la pena hacer tantos planos\u2026 Hoy eso no se puede hacer. Uno m\u00e1s o menos se adaptaba a las circunstancias, era otra realidad. En mi tiempo, un arquitecto trabajaba y viv\u00eda en la obra.\u201d<\/p>\n\n\n\n
\u201cHay muchas cosas paralelas que van funcionando, porque en el fondo mi arquitectura es un problema de vida. Me toc\u00f3 llegar a Francia en un momento en que se estaba incubando la revoluci\u00f3n de los estudiantes, al mismo tiempo empec\u00e9 a ense\u00f1ar en Estados Unidos y tuve mucha interacci\u00f3n. Despu\u00e9s, en Europa estuve participando en el Team X, donde los fundadores eran Georges Candilis, Peter y Alison Smithson y Aldo Van Eyck. Yo era el m\u00e1s joven y el Hospital de Venecia fue mi tarjeta de entrada al Team X. Me toc\u00f3 estar muy cerca de ellos, sobre todo de Shadrach Woods. Eramos como un grupo de boy scouts que se juntaban en lugares ex\u00f3ticos para conversar sobre cosas en general. Ah\u00ed est\u00e1bamos, pregunt\u00e1ndonos c\u00f3mo hacer un edificio que pudiera modificarse en el tiempo sin que se rompiera la unidad formal. Hab\u00eda que repensar todo, la manera de hacer las cosas. Empezamos a estudiar la matem\u00e1tica nueva, la teor\u00eda de los conjuntos, todas las cosas se iban entrelazando. Era un sistema de pensamiento m\u00e1s activo. El Team X fue revolucionario. Nos pregunt\u00e1bamos, por ejemplo, si un proyecto que se hace en Estocolmo tiene o no que ser igual a un proyecto en Portugal. Empezamos a explorar esto, la arquitectura como una construcci\u00f3n se va transformando en el tiempo, donde lo que importa es la constituci\u00f3n interior por sobre la fachada o la expresi\u00f3n formal. Desde ah\u00ed lleg\u00e1bamos a las problem\u00e1ticas de las ciudades contempor\u00e1neas.\u201d<\/p>\n\n\n\n
\u201cEstados Unidos para m\u00ed fue como una terapia de vacaciones. Mientras estuve en Par\u00eds tuve una actividad bastante fuerte, por lo que estar en Estados Unidos era como respirar. Llegu\u00e9 para all\u00e1 y me encontr\u00e9 con los hippies. Llegaban estudiantes con unas barbas que los hac\u00edan ver como si vinieran de la prehistoria. Fue un choque cultural muy fuerte. Adem\u00e1s uno en EE.UU. se desenfoca, ya que en Par\u00eds se sigue una especie de continuidad hist\u00f3rica. Todo lo que uno hace tiene un antecedente. T\u00fa miras los proyectos hacia atr\u00e1s y desde ah\u00ed puedes avanzar, uno tiene un apoyo. En cambio llegas a Estados Unidos y te toca hacer un proyecto con cara de elefante o de Mickey Mouse y no hay ning\u00fan choque cultural, ya que no existe una trayectoria previa. Pasa que, en cada universidad, hay distintas estructuras de pensamiento y desarrollo de \u00e9ste, lo que produce mucha frescura y libertad.\u201d<\/p>\n\n\n\n
\u201cEl primer dibujo para el concurso del Congreso en Valpara\u00edso fue un collage basado en el convento La Tourette de Le Corbusier: lo recort\u00e9 y desde ah\u00ed arm\u00e9 el proyecto. En el fondo, siempre estoy pensando en la totalidad del proyecto, m\u00e1s que en la forma. Porque, si miras el collage y despu\u00e9s el corte, es casi lo mismo. Es una manera de actuar. Uno se pone econ\u00f3mico para hacer un proyecto. Adem\u00e1s no son cosas que uno saca de los libros, sino que las saca de la experiencia. Esos dibujos los hice en una noche y ah\u00ed comenz\u00f3 el proyecto del edificio del Congreso. La idea era bastante simple: yo hab\u00eda determinado una altura, que era la de los edificios de Valpara\u00edso, entonces construyo esta base y despu\u00e9s dejo un espacio. Y lo de arriba era como un bote viejo que iba a ser todo de cobre. En ese momento, los arquitectos chilenos estaban con el chip del posmodernismo.\u201d
\u201cEl proyecto del Congreso lo hice junto a Ann (Pendleton) en Estados Unidos, donde ten\u00edamos toda las facilidades en la universidad, pues la gente estaba de vacaciones y ten\u00edamos las salas, maquinarias y todo lo que tienen los gringos para hacer estas cosas. Tuve como veinte estudiantes trabajando en ese concurso. Hicimos el anteproyecto y les dije: \u2018Se acab\u00f3, me voy a Chile y lo termino all\u00e1\u2019. Llegu\u00e9 ac\u00e1 y todo lo que no me gust\u00f3, lo cambi\u00e9. Present\u00e9 el proyecto como obra inconclusa. Quedaron cosas como un imaginario. Lo hice m\u00e1s bien como una especie de gesto a la ciudad.\u201d
\u201cYo ven\u00eda de la escuela de Le Corbusier donde los colores tienen que ver mucho con la pintura pre renacentista. Empec\u00e9 a trabajar con la paleta lecorbusieriana y tambi\u00e9n con los colores puros, que me permit\u00edan marcar las particularidades. Siempre us\u00e1bamos el color codificado. Yo empec\u00e9 a introducir el color \u2018sicol\u00f3gico\u2019, por llamarlo de una manera. Cada color representaba algo: por ejemplo el amarillo representaba la circulaci\u00f3n; el naranjo, la circulaci\u00f3n interior; el azul, el pensamiento, y el morado, los ascensores.\u201d<\/p>\n\n\n\n
\u201cEn mis obras y pinturas siempre existen l\u00edmites, bordes, territorio, y hay una especie de continuidad que no es de la imaginaci\u00f3n, sino que tiene que ver con c\u00f3mo est\u00e1n ubicadas las cosas en un lugar. Son cosas que a uno le quedan cuando nace en una ciudad como Valpara\u00edso: sabes que el sol se pone por atr\u00e1s, porque has nacido con eso. Eso te queda como una marca y t\u00fa empiezas a lanzar tus trazos.\u201d
\u201cUno canaliza sus proyectos y \u00e9stos se van transformando en otra cosa. Mi inter\u00e9s siempre ha estado en eso, m\u00e1s que en la cosa formal. En el edificio de la Embajada de Francia en Marruecos, t\u00fa vas y, si lo miras por dentro, no sabes d\u00f3nde est\u00e1s, es como un laberinto. Siempre te va quedando algo pegado. El proyecto de Marruecos lo gan\u00e9 porque no fui al lugar. Todos los otros arquitectos fueron de visita y volvieron amarroquinados, contaminados, y t\u00fa mirabas los proyectos y dec\u00edas esto es un proyecto para Marruecos. Yo hice una estructura que ten\u00eda toda esa relaci\u00f3n que tienes con la experiencia que te va guiando: Valpara\u00edso, Par\u00eds, la influencia cubista, el color, etc\u00e9tera. Otro ejemplo es el proyecto de la Embajada de Francia en Brasilia, que no tiene fachada. Nunca me ha preocupado la fachada. El problema aqu\u00ed era que el clima se transformara en el edificio mismo, sin ser \u00e9ste bioclim\u00e1tico, y ahora funciona perfecto: es la \u00fanica embajada de Brasilia que no tiene aire acondicionado. Todo esto es un poco a partir de la experiencia del Hospital de Venecia, que trabaj\u00e9 durante siete a\u00f1os y que es una de las cosas fundamentales que he hecho. Adem\u00e1s en esos momentos, todav\u00eda est\u00e1bamos con el Team X. Era un momento de reacci\u00f3n contra el posmodernismo, que intent\u00f3 cortar la continuidad sobre la cual trabajamos.\u201d
\u201cUna vez yo les di a mis estudiantes el plano de la oficina salitrera Chacabuco, que est\u00e1 abandonada. Ah\u00ed reside toda la idea de que la arquitectura no es s\u00f3lo el objeto que est\u00e1 adentro, sino que se expande y empieza a tocar otros \u00e1mbitos. Toda mi arquitectura est\u00e1 pensada en ese sentido. Mis pinturas son territorios que yo ocupo, pero de repente no hay nada ocupado, porque est\u00e1n afuera, entonces una cosa podr\u00eda ser la monta\u00f1a o el objeto. Pero est\u00e1 considerado como una parte del proceso creativo.\u201d
\u201cUno es un arquitecto como opci\u00f3n de vida. Nunca lo he aprovechado en el sentido de estar en una oficina con cuarenta personas. No, eso no me interesa. He quebrado no s\u00e9 cu\u00e1ntas veces en mi vida, me he quedado en la calle, pero siempre me he subido a la vereda. Siempre trat\u00e9 de escapar al hecho de sentarme. Mientras estuve en un pa\u00eds nunca hice un compromiso, nunca tom\u00e9 alg\u00fan trabajo que no fuera lo que me interesaba. Nunca he tenido la necesidad de tener ning\u00fan lujo porque, la verdad, tampoco me interesa. Tengo una maleta grande donde s\u00e9 que me cabe todo. Y una maleta mediana para cuando voy cerca. En eso, hered\u00e9 muchas cosas de Le Corbusier, que viv\u00eda de forma bastante simple. El conocimiento viene de lo que t\u00fa encuentras adelante, m\u00e1s que de un conocimiento establecido.\u201d<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
Descubre la fascinante historia de un arquitecto que construy\u00f3 su imaginario en Valpara\u00edso antes de embarcarse en Europa y colaborar con Le Corbusier y el Team X.<\/p>\n","protected":false},"author":2,"featured_media":0,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[4],"tags":[],"yoast_head":"\n