Generación Emergente: La sorpresa más grata

Durante la XV Bienal de Arquitectura se realizó una nueva sección denominada “Generación Emergente”, que fue pensada como una oportunidad para destacar las obras y proyectos de un número importante de jóvenes arquitectos nacionales.
Muchos de los invitados a participar fueron formados en un escenario universitario muy distinto al actual, con medios técnicos completamente diferentes, en escuelas que renegaban profundamente de la técnica y la economía, y que probablemente jamás se imaginarían que sus egresados enfrentarían una revolución digital y de información que convertiría las viejas enseñanzas en meras especulaciones de buen gusto en desuso.
Estas nuevas generaciones que, habría que precisar, están entre los 28 y 40 años, tienen algo que es mucho más importante que el talento arquitectónico o la proveniencia de instituciones emblemáticas de la educación chilena: son libres y flexibles de espíritu, y gracias a eso llegarán a ser los profesionales que este país seguro necesita. En esta sección de la Bienal quedó clarísimo que no todos los arquitectos son flexibles para participar en eventos de este orden, ni todas las personas piensan o sienten que esta profesión esté en grave peligro y que todavía es posible hacer algo para salvarla.
Esa flexibilidad, que de manera curiosa contiene conceptualmente muchas de las obras que se mostraron en la sección, es lo que más diferencia a esta generación de las anteriores. Y es que en el mundo actual, vivir de otra manera es apelar románticamente a “que todo tiempo pasado fue mejor” o es simplemente trabajar sin ninguna consideración con las realidades emergentes en las cuales nos vemos inmersos, en un mundo donde la única certeza es que todo es incierto.
Generación Emergente se desarrolló en seis foros. Dos dedicados a la revisión de proyectos y aspectos técnicos; uno, a nuevos medios; uno, a la estructura; uno, a concursos; y uno, a las arquitectas.
Al momento de definir los temas de los foros, “la tectónica” como tema generacional fue el primer hilo conductor. Algunos ni sabían de qué se trataba, otros que trabajaban fuera de Chile lo manejaban como algo natural. Fue una oportunidad de llamar las cosas por su nombre, asumiendo que toda obra tiene un carácter constructivo definitorio y exclusivo, y en esta generación más que las anteriores, hay una reflexión profunda sobre la tectónica y el uso de los materiales como expresión de una estrategia.
Todos los otros temas curatoriales tienen relación con las nuevas oportunidades de trabajo e investigación de los jóvenes arquitectos, en áreas tan diversas como la gestión de proyectos a través de concursos nacionales e internacionales, o la investigación estructural en un país donde los sismos definen en parte importante la resolución arquitectónica. Además, se desarrolló el tema de los nuevos medios y su poderosa irrupción, que convierte a los arquitectos en figuras más informadas y con mayor alcance en las decisiones.
La sección sobre arquitectura y sensibilidad femenina llamó mucho la atención, porque hoy las arquitectas se hacen presente con mayor fuerza en Chile. Son ellas las que ganan más concursos y las que están detrás de la gran mayoría de las mejores oficinas de este país.

Los invitados más destacados

Como conclusión general, se puede decir que el ciclo fue un éxito de público, tuvo la mayor difusión e interés mediático dentro de la Bienal, y reconoció el trabajo de muchos de los mejores arquitectos jóvenes de este país.
Todos los invitados aportaron lo suyo con buen nivel y claramente hubo algunos que merecen ser destacados. Por ejemplo Mauricio Pezo, quien inauguró la primera sesión con una presentación sólida, sintética y ajustada al tema de la tectónica, demostró ser uno de los mejores arquitectos de su generación y una persona en la cual se puede depositar confianza en la construcción de un futuro auspicioso.
También se destacó Alfredo Hidalgo, arquitecto chileno que trabaja en México y que ha sido capaz de desarrollar una obra interesante, distante a los parámetros que se manejan en nuestro país y de expresión más libre e internacional. Algo que puede ser homologable al trabajo de Abel Erazo, arquitecto chileno que vive en Tokio y que realizó una de las presentaciones más potentes, y probablemente la que en mayor forma demostró las profundas diferencias entre el sentido de la arquitectura en Japón y la mirada más controlada y más estética de sus pares que ejercen en Chile. Asimismo, resultó interesante la presentación de talentos nacionales como Juan Agustín Soza, que evidenció, a través de una arquitectura simple y rigurosa, que uno de los mayores baluartes de la arquitectura en Chile es el paisaje y la naturaleza que nos rodea, rica en contrastes y de una belleza exuberante. Así, el trabajo del arquitecto es casi enmarcar esta situación y mediar para que los espacios intermedios sean un vínculo que ayuda a eliminar la barrera entre el interior y exterior de la obra, poniendo énfasis en una tectónica más rústica, pero no menos sofisticada que lo destaca frente a sus contemporáneos.
Sorprendieron por su madurez constructiva los jóvenes arquitectos de 57 Studio, que demostraron que el llamado a arquitectos menores de 40 años tiene sentido en Chile, aclarando que esta madurez se debe en parte al hecho de que son ellos mismos quienes construyen sus propios edificios y eso es un gran mérito.
En el ámbito de los concursos de arquitectura, destacó la presentación audiovisual de 56_02 hermanos, un grupo de jóvenes arquitectos llenos de esperanzas y con gran éxito en concursos internacionales.
El día dedicado a los nuevos medios de difusión de la arquitectura en Chile fue extraordinario por la participación del público asistente, que debatió largo y tendido con los panelistas y los críticos invitados. Destacaron el poder mediático de Plataforma Networks, la propuesta cultural y propagandística de la ciudad contemporánea de SPAM_ARQ, la actitud independiente e inclasificable de Apariencia Pública y la vigencia de la revista CA, considerando que es la revista chilena de arquitectura más antigua.

Capítulo cero

“Equilibrio: de lo invisible a lo visible” quizás fue la que menos interés mediático despertó, sin embargo se llenó de público interesado en la estructura y la importancia en la definición de la forma arquitectónica. Fue una oportunidad para conocer más de cerca a jóvenes estudiosos del tema y despertar el interés en muchos más que recién se están formando.
La sección más complicada de todas y seguro la más polémica, fue “”. Ese día acordamos que la arquitectura no es como el tenis, donde hay un circuito para hombres y otro para mujeres. Es a la par que se conciben los proyectos. Las presentaciones de las expositoras fueron muy buenas, cabe destacar la de Mirene Elton que fue extraordinaria.
Lamentablemente, en esta Bienal no estaba contemplado un espacio para la presentación de las obras seleccionadas por sus autores. En este sentido, Generación Emergente logró mostrar algunos creadores de estas obras, sin contar con presupuesto para ello, como en el caso de las conferencias internacionales.
En un futuro próximo, Generación Emergente podría transformarse en un evento independiente de la Bienal de Arquitectura, como ya ocurre en otras partes del mundo. Se pueden proponer presentaciones visualmente más sofisticadas y así transformar estos foros en exposición, y generar una publicación de difusión mundial. Al menos, este fue el capítulo cero, la inauguración de lo que se espera sea, con el tiempo, una tradición dentro de las futuras bienales del Colegio de Arquitectos.

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